Ecuador está evaluando activamente el aprovechamiento del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y Estados Unidos como una vía estratégica para impulsar sus exportaciones e incentivar nuevas inversiones. En un contexto global marcado por recargos arancelarios, esta iniciativa ofrece una ruta alternativa atractiva y pragmática para fortalecer la posición comercial del país.
Según Gustavo García, consejero comercial de Perú en Ecuador, varias empresas ecuatorianas están aprovechando activamente la zona franca de Paita para exportar a Estados Unidos sin pagar el arancel del 9 %—una ventaja significativa derivada del TLC peruano‑estadounidense. Esta posibilidad no solo reduce los costos de acceso al competitivo mercado norteamericano, sino que también posiciona a Ecuador como socio atractivo para manufacturas, productos agroindustriales y alimentos procesados.
La estrategia se inserta en un escenario más amplio. Desde abril pasado, Estados Unidos impuso un arancel general del 10 % a productos importados, afectando indirectamente al comercio ecuatoriano. Frente a esta realidad, Ecuador ha iniciado negociaciones en tres rondas para reducir ese gravamen, pero mantienen una negociación compleja que también contempla salvaguardar sectores sensibles como la proteína animal y los granos para consumo interno.
En este marco, la alternativa de recurrir a la infraestructura peruana adquiere relevancia. Exportadores ecuatorianos pueden enviar su carga hacia Paita, luego trasladarla a Estados Unidos bajo el amparo del TLC, evitando el arancel del 9 % que cubre alrededor del 98 % de los productos que Perú exporta a EE.UU. Así, el país aprovecha una cobertura robusta y plenamente vigente para dinamizar su comercio.
Este enfoque se alinea con la histórica relación económica entre Ecuador y Perú: ambos países comparten tratados andinos de libre comercio y mantienen un intercambio bilateral que superó los 2 400 millones de dólares en 2018. El aprovechamiento del TLC peruano no solo fortalece la integración regional, sino que también diversifica estratégicamente las rutas de acceso a mercados exigentes.
La propuesta ofrece beneficios claros al sector exportador: menores costos logísticos y arancelarios, acceso a redes de transporte eficientes y una mayor competitividad frente a terceros países. Además, estimula el flujo de inversiones al promover el uso de zonas francas peruanas y la posible asociatividad con empresas locales.
Sin embargo, esta estrategia plantea desafíos clave. Sectores sensibles como maíz, pollo y cerdo están siendo protegidos en las actuales negociaciones, para evitar el riesgo de una apertura indiscriminada. Asimismo, deben considerarse aspectos técnicos y regulatorios relacionados con el origen de los productos, controles fitosanitarios y normativas aduaneras que garanticen el cumplimiento de los requisitos de origen para beneficiarse del TLC.
El traslado de carga por tercera vía (Perú) exige coordinación binacional eficiente y soluciones logísticas adecuadas, así como claridad en el marco legal aduanero que evite obstáculos innecesarios. Las empresas interesadas requerirán asesoría especializada para validar sus cadenas de valor y lograr los certificados de origen necesarios.
Fuente: El Universo