El inicio de 2025 ha marcado un momento histórico para el comercio exterior del Ecuador. Por primera vez en más de sesenta años, el cacao superó al banano en ingresos por exportación, consolidándose como uno de los productos estrella del país en los mercados internacionales. Esta tendencia no solo representa un cambio simbólico en la balanza exportadora ecuatoriana, sino también una señal clara de nuevas oportunidades para el sector agrícola, logístico y comercial.
Entre enero y febrero, el país exportó cacao por un valor de 956 millones de dólares, una cifra que representa un crecimiento del 194 % con respecto al mismo periodo de 2024. Este salto sitúa al cacao por encima de productos tradicionales como el banano e incluso de sectores en auge como la minería. Expertos como Fausto Ortiz, exministro de Economía, han señalado que esta evolución coloca al cacao en una posición similar a la que tenía el camarón hace apenas un año, en términos de valor de exportación.
El auge responde en gran medida al posicionamiento del cacao fino de aroma, ampliamente reconocido por su calidad y origen. Este tipo de cacao ha ganado terreno en mercados exigentes como Estados Unidos, la Unión Europea y Malasia, que se mantienen como los principales destinos de exportación. La demanda por este producto se ha intensificado justo en un momento en que el mercado global enfrenta restricciones de oferta, especialmente por la caída en la producción de Costa de Marfil, el mayor productor mundial de cacao.
El contexto internacional también ha contribuido al aumento en los ingresos. El precio de referencia para el cacao ecuatoriano, basado en los contratos futuros de la bolsa de Nueva York, superó los 8.000 dólares por tonelada en abril. Aunque los precios finales recibidos por los exportadores locales se ajustan por factores como diferenciales aplicados por los compradores y costos logísticos, el panorama sigue siendo favorable para el sector.
Este cambio tiene implicaciones importantes. Primero, resalta el potencial del cacao como motor económico del país, no solo por el valor de exportación, sino también por su capacidad de generar empleo y dinamizar cadenas logísticas y productivas. Segundo, invita a una reflexión sobre la necesidad de seguir fortaleciendo la infraestructura y servicios vinculados al comercio exterior de productos agrícolas, incluyendo procesos de certificación, transporte, almacenamiento y acceso a mercados.
A medida que el cacao recupera su lugar protagónico, también se revaloriza su legado histórico como símbolo de identidad económica y cultural del Ecuador. Su retorno como producto líder de exportación no es solamente un logro coyuntural, sino una oportunidad estratégica para posicionar al país como referente global en calidad, sostenibilidad y valor agregado.
Las cifras récord alcanzadas en los primeros meses de 2025 nos recuerdan que la diversificación productiva y el impulso a sectores tradicionales con visión moderna pueden traer resultados contundentes. En este contexto, empresas, exportadores, trabajadores del campo y operadores logísticos tienen frente a sí un escenario que combina historia, innovación y crecimiento sostenible.
Fuente: La Hora