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La incertidumbre arancelaria complica las negociaciones de contratos marítimos a largo plazo

La negociación de contratos marítimos a largo plazo enfrenta desafíos importantes en medio de un panorama económico marcado por la incertidumbre. Las amenazas de aranceles en mercados clave, especialmente en EE. UU., están generando complicaciones que obligan a las empresas, tanto beneficiarios propietarios de carga (BCOs) como operadores de transporte no propietarios de buques (NVOCC), a replantear sus estrategias tradicionales. La industria marítima se encuentra así en un período complejo en el que decisiones tomadas hoy podrían afectar considerablemente el desempeño futuro de sus cadenas logísticas.

Uno de los mayores problemas que enfrentan actualmente los propietarios de carga es la falta de claridad sobre los posibles cambios en las políticas arancelarias. Esta incertidumbre, causada principalmente por decisiones repentinas en la aplicación de aranceles bajo la administración anterior de EE. UU., ha generado dudas sobre cómo podrían verse afectados los costos operativos y las cadenas de suministro. En particular, las empresas enfrentan preguntas clave sobre si los posibles aumentos arancelarios serían lo suficientemente significativos como para impactar directamente sus decisiones de abastecimiento y producción.

Esta incertidumbre ha llevado a las empresas a reconsiderar cómo estructurar sus contratos marítimos para mantener un equilibrio entre compromiso y flexibilidad. Expertos del sector, como Jon Monroe, destacan que los propietarios de carga deben plantearse acuerdos con líneas navieras y NVOCC que permitan responder rápidamente a cambios inesperados en el entorno comercial.

Una recomendación importante para las empresas es equilibrar cuidadosamente sus compromisos de cantidad mínima (MQC). Comprometer volúmenes específicos de carga con líneas navieras es importante para garantizar tarifas estables y espacios disponibles. No obstante, mantener la flexibilidad suficiente para acceder al mercado spot es clave en un contexto donde las condiciones pueden cambiar drásticamente sin previo aviso.

Otra estrategia eficaz es distribuir la carga entre las líneas navieras y los NVOCC. Comprometer entre un 50% y 60% del volumen total con líneas navieras mientras se reserva el resto para los NVOCC permite diversificar riesgos y aprovechar condiciones favorables en tarifas spot. Esta distribución estratégica también puede mitigar el impacto de aumentos repentinos en costos operativos.

Asimismo, las empresas deben evitar cláusulas específicas que puedan generar costos adicionales no previstos, como recargos mutuos por temporada alta (PSS). Estos recargos pueden aumentar considerablemente los costos en períodos clave del año, limitando la capacidad de respuesta ante aumentos inesperados en costos arancelarios.

Finalmente, una estrategia clave es asegurar una asignación mínima garantizada de espacio con opciones para ajustar al alza según necesidad. Al negociar contratos marítimos, es importante que las empresas mantengan esta flexibilidad para agregar o modificar rutas y volúmenes, especialmente en un entorno comercial tan dinámico como el actual.

Fuente: Mundo Marítimo

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