La decisión del gobierno ecuatoriano de eliminar el subsidio al diésel representa un cambio significativo en la estructura de costos de múltiples sectores productivos del país. Uno de los sectores directamente afectados es el del transporte de carga pesada, una actividad fundamental para la cadena logística, el comercio exterior y el abastecimiento nacional. Sin embargo, a diferencia de lo que podría suponerse, el impacto en las tarifas de este servicio no solo será inmediato, sino que se manifestará de manera progresiva con base a los principios inflacionarios.
Según la Asociación de Logística del Ecuador (ASOLOG) conformado por empresas privadas, el ajuste en los precios del transporte de carga responderá a la naturaleza de las relaciones contractuales que rigen al sector. Las empresas de transporte y los generadores de carga, como exportadores, importadores y compañías productoras, suelen operar bajo contratos de duración anual.
Estos acuerdos mencionados por el gremio, establecen las tarifas y condiciones del servicio por un período determinado, pero en base al nuevo esceneario se debería regular y definir un alza automática y generalizada de las tarifas a medida que se ajusten los valores del combustible. El ajuste, por tanto, se deberá ir evaluando conforme el efecto inflacionario y especulativo que generan este tipo cambios no plaificados e inesperados.
Según la Federación Nacional de Transporte de Carga Pesada FENATRAPE, que aglutina a empresas de transporte de carga pesada en diferentes modalidades, el incremento de las tarifas de transporte debería ser del 35%, considerando que han existido cambios previos en tarifas de combustible que son necesarios tomar en cuenta, para que en conjunto con la variación de costo del combustible actual, se establezcan nuevas tarifas.
El diésel es un componente crucial en la operación del transporte pesado, representando entre el 30% y el 50% de su estructura de costos. Con el incremento de $1 dólar por galón, pasando de $1.80 a $2.80, lo que representa un 56% de variación, se proyectan que las tarifas de los fletes podrían experimentar un aumento que oscilaría entre el 15% al 25%. Estos porcentajes consideran solo el efecto directo sobre el costo de combustible y será el punto de partida en las negociaciones entre las partes, quienes deberemos adaptar nuestros presupuestos a esta nueva realidad económica. Es importante señalar que el efecto especulativo e inflacionario que representa el incremento del costo del combustible con el resto de gastos asociados a las empresas de transporte como mantenimientos, costos de neumaticos y servicios logísticos vinculados, podrían tener un incremento promedio en sus costos del 10%. Solo el tiempo pondrá en evidencia las variaciones finales.
LA AFECTACIÓN SEGÚN EL PESO CARGADO Y OTRAS VARIABLES
El transporte de carga pesada es diverso, las consideraciones o variables que afectan a un vehículo con capacidad de carga de hasta 5 TN y que realiza una distribución dentro de una ciudad con rutas cortas, no son las mismas que las de un tractocamión que acarrea un semiremolque y transporta mas de 30 TN atravesando la coordillera en una ruta Guayaquil-Quito.
Con lo señalado, es importante destacar que existen variables que tienen impacto directo sobre el consumo de combustible de un vehículo y por ende sobre el % de ajuste en su tarifa:
- Peso bruto cargado, que incluye tanto el peso de la carga como de la unidad de transporte de carga, ejemplo la tara de un contenedor.
- Tipo de ruta. Las rutas que incluyen pendientes, como es el caso del cruce de la coordillera, demandarán un mayor esfuerzo del motor de los vehículos y por ende mayor consumo de combustible.
- Distancia recorrida.
Bajo estas premisas básicas, al momento de definir un acuerdo de ajuste de tarifas se debe considerar un ajuste progresivo en función del peso de la carga, que al menos desde nuestro análisis sugiere:
- Transporte dentro de los límites de ciudad con un peso no mayor a 5 TN, incremento del 15%.
- Transporte dentro de los límites de ciudad con un peso no mayor a 10 TN, incremento del 18%.
- Transporte interprovincial con un peso no mayor a 15 TN, incremento del 20%.
- Transporte interprovincial con un peso no mayor a 25 TN, incremento del 22%.
- Transporte interprovincial con un peso mayor a 25 TN, incremento del 25%.
Este planteamento sin que sea este su objetivo, refleja un punto intermedio y desde un análisis técnico, a los puntos de vista tanto del sector empresarial como del sector de la transportación agremiada.
Es importante destacar que, dentro del esquema de compensaciones anunciado por el Gobierno para mitigar el impacto del alza de los combustibles, el sector del transporte de carga pesada ha quedado excluido. Los mecanismos de apoyo se han enfocado en otros segmentos como taxis, camionetas de transporte mixto y tricimotos, dejando que el transporte industrial y comercial asuma el incremento de costos de manera directa.
La logística es una actividad transversal que influye en toda la cadena de valor de la economía. Un aumento en los costos de transporte eventualmente se traslada a lo largo de la cadena productiva hasta llegar al consumidor final. Por ello, se anticipa que el incremento en el precio de los fletes tendrá un efecto en el valor de los bienes de consumo. El sector logístico se enfrenta al desafío de gestionar este cambio de manera eficiente para minimizar las distorsiones en el mercado y mantener la competitividad y como siempre desde un enfoque ético y responable, preservar un principio de equidad entre las partes.
Para mayor información no dude en contactarnos.
Fuentes:
ASOLOG
FENATRAPE