A un año de la entrada en vigor del acuerdo comercial entre Ecuador y China, los resultados reflejan un panorama positivo para el sector exportador ecuatoriano, consolidando al gigante asiático como un socio estratégico clave para la economía del país. El balance de este primer aniversario muestra un notable incremento en las exportaciones no petroleras y no mineras, abriendo nuevas oportunidades para productos tradicionales y no tradicionales en uno de los mercados más grandes del mundo.
Desde que el tratado entró en vigencia, 325 empresas ecuatorianas han logrado exportar sus productos a China, de las cuales 25 lo hicieron por primera vez, un claro indicador del dinamismo que el acuerdo ha inyectado al comercio bilateral. Este impulso ha permitido que las exportaciones dirigidas al mercado chino crezcan un 26% en volumen, lo que demuestra la creciente aceptación y demanda de la oferta ecuatoriana. En total, se han exportado 51 productos diferentes, abarcando una amplia gama de sectores productivos.
Entre los productos que han experimentado un mayor impacto se encuentran aquellos que ya tenían una presencia consolidada, como el camarón, pero que ahora se benefician de mejores condiciones arancelarias. Sin embargo, el verdadero éxito del acuerdo radica en la diversificación de la canasta exportable. Productos como la pitahaya, el banano, las rosas, el brócoli y la quinua han encontrado en China un mercado receptivo y en expansión. La pitahaya, por ejemplo, ha visto un crecimiento exponencial, posicionándose como una de las frutas ecuatorianas con mayor potencial en Asia.
La Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) ha destacado que, aunque el impacto total del acuerdo se medirá a largo plazo, los primeros doce meses han superado las expectativas. El gremio proyecta que para 2025, el segundo año de implementación plena del tratado, las exportaciones a China podrían generar un beneficio cercano a los 600 millones de dólares. Esta cifra se sustenta en la progresiva desgravación arancelaria que continuará abriendo puertas a más productos ecuatorianos, mejorando su competitividad frente a otros proveedores internacionales.
El acuerdo no solo representa una ventaja en términos de acceso a mercado, sino que también impulsa la mejora de la calidad y los estándares de producción en Ecuador. Para competir eficazmente en China, las empresas ecuatorianas deben cumplir con rigurosas normativas de calidad y fitosanitarias, lo que a su vez eleva el perfil de la industria nacional a nivel global. Este proceso de adaptación y mejora continua es fundamental para sostener el crecimiento en el tiempo y aprovechar al máximo las condiciones favorables del tratado.
El primer año del acuerdo comercial con China ha sentado las bases para una relación económica más profunda y beneficiosa para Ecuador. La apertura de este importante mercado no solo fortalece a los sectores exportadores tradicionales, sino que también fomenta la diversificación, la innovación y la generación de empleo, consolidando una vía de crecimiento sostenible para la economía del país en el escenario internacional.
Fuente: El Universo